domingo, 4 de mayo de 2014

La maravillosa fotógrafa anónima

Vivian Maier vestía abrigo y zapatos de hombre y llevaba sombrero de ala ancha. Trabajaba en Chicago como niñera y era muy reservada. Nadie realmente la conocía. En los ratos libres se dedicaba a tomar imágenes con su cámara Rolleiflex, esta tenía el visor en la parte superior, por lo que ella podía sujetar la cámara sobre su pecho y tomar las instantáneas sin alterar la realidad y pasando desapercibida.
Ella murió en 2009 a los 83 años tras cuatro meses postrada en una cama después de una caída provocada por una placa de hielo. Estaba arruinada y vivía sola en un apartamento que le pagaban los tres hermanos a los que cuidó de niños.
John Maloof estaba buscando información para su libro sobre la historia de Chicago y compró en una casa de subastas unas viejas cajas de un trastero que habían limpiado, en ella había miles de negativos que no le servía para su trabajo pero que por casualidad el crítico de fotografía  Allan Sekula vió. Este advirtió a Maloof del tesoro que había encontrado y recuperó cerca de 90.000 negativos sin revelar. La buena de Vivian no revelaba casi ninguna fotografía por que su economía no se lo permitía. Ahora es una fotografa de culto y muy apreciada.
Y ademas sabemos una cosa: montaba en bicicleta.
Si te gusta la fotografía disfruta

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